Ferri Civitaveccia – Barcelona


Este ferry ya es un viejo conocido.
Rara vez hemos reservado camarote con lo que siempre nos toca andar vivos cuando embarcamos para coger un buen lugar para acampar.
Recordar que tanto las comidas como el desayuno salen a mitad de precio (10 euros comida) si se reservan junto con el billete.
18 de junio Barcelona – Murillo
Después de mas de 20 horas desembarcamos en Barcelona. Echamos gasolina y tiramos hasta  Murillo (Riglos) donde habíamos quedado con unos amigos para cenar y pasar la noche.
19 de junio Murillo – Irun
Fin del periplo.
La moto marca 8200 km.

Ziri (Eslovenia) – Cortina d´ ampezzo (Italia)


Después de las cervezas, el codillo y el concierto nos costó levantarnos un poco.
Después de casi dos semanas viajando juntos hoy tocaba separarse. La Ktm quería acercarse a ver Liubliana antes de tirar hacia las Dolomitas y la Gs prefería salir ya y disfrutar de las carreteras de montaña por la mañana ya que para la tarde esperábamos algo de lluvia.
Después de desayunar concretamos y quedamos en que nos volveríamos a ver en algún pueblito cerca de  Cortina de Ampezzo. El primero en llegar se encargaba de buscar alojamiento y mandar un SMS.
Acabamos de desayunar y salimos hacia Liubliana. Estábamos relativamente cerca, a 25 minutos en moto. Llegamos en seguida, a penas encontramos tráfico, y decidimos tomarnos la visita con tranquilidad. Aparcamos la moto en pleno centro y nos perdimos por sus calles con aires medievales.
Acabamos comprando algo de fruta antes de salir.

Belgrado – Liubliana (Eslovenia) – Encuentro motero en Ziri de los Sairach


A la mañana aprovechamos para desayunar mientras visitábamos el centro de Belgrado. La verdad es que no estuvimos mucho tiempo, únicamente vimos la iglesia ortodoxa “mas grande del mundo según ellos” que estaba en construcción y el que llamaban barrio francés con razón por que sus calles nos recordaban al barrio parisino de Montmatre.
De todas formas, Belgrado nos pareció que no daba para mucho más, así que nos pusimos rumbo a Eslovenia. Teníamos casi 500 kilómetros por delante para llegar a Liubliana.
El viaje lo hicimos íntegramente por autopistas y vías rápidas. Los peajes de Serbia no fueron nada caros. Cruzamos todo el país de Este a Oeste y apenas pagamos 10 euros.
En Eslovenia esta vez no pagamos las autopistas. Teníamos la tarjeta de autopistas del viaje de ida  y aunque esta  estaba caducada porque ya había pasado más de una semana desde que la sacamos, decidimos hacernos los locos.
Durante todo el día apenas paramos, únicamente para repostar y beber algo en las gasolineras.
Íbamos a piñón, solo pensábamos en llegar a Liubliana para cenar y descansar de la paliza que llevábamos de estos días de atrás. Pero cuando apenas estábamos a 50 km de la capital eslovaca conocimos a un motero. Nos contó que había quedado con un grupo de amigos motoristas en un encuentro motero que se iba a celebrar durante el fin de semana cerca de Liubliana, en un pueblo llamado Ziri.
Nos picó la curiosidad. ¿Cómo sería un encuentro motero en Eslovenia?
Aprovechamos el primer wifi que pillamos cuando llegamos a Liubliana para indagar un poco.  Descubrimos que estaba organizado por una asociación local llamada Sairach, que duraba todo el fin de semana y que el programa incluía actividades como conciertos, rutas, cena popular, etc.
La idea acabo cuajando y reservamos un par de habitaciones en un pueblito que estaba a 4 km del encuentro. Muy recomendable por cierto.
Y del encuentro mejor dejo alguna foto y algún que otro video.






Ruta realizada en Rumania


Targu Jiu – Belgrado (Serbia)


La mañana nos la tomamos con tranquilidad, aprovechamos para descansar y planificar la próxima semana de viaje.
Decidimos tirar hacia Herculanea para acercarnos al parque natural de las puertas de Hierro.
Al medio estábamos en la frontera con Serbia despidiéndonos de Rumania.
Para cruzar ningún problema, presentamos como siempre los pasaportes y los papeles de la moto. Todo ok, y para adelante.
Nada más cruzar la frontera paramos en un chiringuito al lado del Danubia a comer. Nos lo tomamos con tranquilidad y después del café recorrimos los más de veinte túneles que bordean el Danubio hasta acercarnos a Budapest.










Transfaragasan – Sibiu – Targu Jiu


Impresionante despertar en la Transfaragasan acompañado por un increíble desayuno.
Nos despedimos de nuestros compañeros Madrileños y nos pusimos a cargar la burricas.
Sol y moscas para acabar de cruzar la carretera, pero al otro lado dos quitanieves trabajando bloqueando la carretera.
El día anterior cuando pasamos la carretera estaba bien, quitando algún chusco de nieve que estaba caído en la carretera, pero en el momento que se pusieron a trabajar las quitanieves empezaron a echar ladera abajo la nieve acumulada bloqueando la carretera unos metros mas abajo.
Empezamos a bajar hasta que llegamos a la altura de la primera quitanieves, después de hablar con él sin acabar de entendernos muy bien nos dejó pasar advirtiéndonos de que él iba a seguir echando nieve ladera abajo y que nosotros no podíamos estar allí, porque la carretera estaba cortada. Dimos dos curvas más y nos encontramos con un muro de nieve en la carretera, al otro lado un montón de motoristas checos, rumanos, alemanes… parados. Todos con caras sorprendidas y haciéndonos fotos por vernos a nosotros al otro lado con una barrera de nieve enfrente y una quitanieves 50 metros más arriba tirando nieve.
Ahora sí, estábamos bloqueados por los dos lados, y las mini avalanchas de nieve se iban acercando hasta donde estábamos. Evidentemente no nos habíamos entendido con el señor de la quitanieves.
La verdad es que nos apuramos un poco, aunque no veíamos claro que las motos pudieran pasar, nos pusimos a quitar nieve con las manos de nuestro lado. Del otro lado, la docena de motoristas mirando, grabando y haciendo fotos. Excepto uno que nos ayudó el resto prefirió grabar la aventura en vez de vivirla. En fin, al poco rato conseguimos abrir una fisura en el muro por el que podría caber la moto sin maletas, se las quitamos y con un par de acelerones más dos o tres empujones conseguimos pasarlas al otro lado sin estamparnos.
El resto de moteros atónitos, con ojos saltones, sonrisas y con el pulgar del dedo gordo de la mano hacia arriba. ¡Habíamos conseguido pasar!!!!
Por el camino algún pequeño desprendimiento de piedras más y poco más. En apenas una hora estábamos el Plaza Mica de Sibiu.
Una vuelta por las dos plazas y el casco antiguo, una limonada y continuamos la etapa hacia Petrosani, donde habíamos quedado con Roberto un mecánico rumano de allí para recoger las ruedas que habíamos dejado allí cuando cambiamos a las de tacos.
Volvimos a cruzar los Carpatos, pero esta vez de norte a sur y por carretera nacional hasta la altura de Brezoi, donde nos desviamos para llegar hasta Petrosani por una fantástica carretera. (7A).
Cargamos las ruedas, tomamos un café y continuamos hasta Targu Jiu para pasar allí la noche.
Dormimos en una pensión que está a la entrada del pueblo por 90 leus pareja. Precio estándar para Rumania por lo que hemos ido viendo.
Ducha y manguerazo a la moto.








Brasov – Bran – Trasnfagarasan


¡Otra cama con colchón de muelles! Arggggg. A la mañana nos hemos levantado temprano para salir a visitar el castillo de Bran. Realmente este nos es el castillo de Vlad Tepes el Empalador, ese esta en el pueblo de XXXXX Capataneni, si no el que utilizaron en el cine para rodar las películas de Drácula. El castillo está muy cerca de Brasov, en media hora estábamos allí dispuestos a pasar por vicaria, 2 leus hora el parking más 35 leus de entrada al castillo. En una hora se puede visitar, y lo visitamos. Después continuamos el viaje con idea de llegar a Sibiu por la Trasnfagarasan, una carretera emblemática de Rumania. Esta está considerada entre las 10 mejores del mundo para motear.
Salimos al mediodía con idea de parar a comer un menú Rumani antes de acometer las doscientas curvas de la Transfagarasan.
Comimos en Campulung en un restaurante que ofrecía comida tradicional, pero la verdad es que la comida tradicional rumani no da para mucho. Bueno, igual es mucho decir, pero nosotros desde luego no hemos tenido mucha suerte con la gastronomía.
Pagamos 100 leus por un menú para cuatro personas y seguimos para adelante. Todavía tenemos ganas de probar ese menú de dia de 13 leus. No nos iremos de Rumania sin saber que nos ofrecen por ese precio.
Con la tripa caliente continuamos hacia la Transfagarasan, aunque con dudas por el tiempo. Teniamos puestas muchas expectativas en la carretera y la queríamos coger seca.
Fuimos avanzando hasta Curtea, donde cogeríamos las Transfagarasan, pendientes del tiempo. Una vez allí, decidimos darle, el tiempo parecía que iba aguantar y la carretera estaba seca. Además, para el día siguiente la meteo tampoco estaba muy clara pero la tónica de estos días de atrás nos decía que a las mañanas el tiempo solía ser mejor.
Empezábamos a subir y a la altura del lago apareció otra vez la lluvia. Una pena, con la carretera mojada y los tacos de las ruedas las curvas no se disfrutan igual.
Estuvimos dudando si parar o no, pero nada mas pasar el lago la carretera estaba seca y parecía que ya no lloverá, y seguimos.
El tiempo mejoraba, pero la duda de si podríamos pasar seguía ahí. Nos cruzamos con varios grupos de moteros que nos dijeron que no podríamos pasar que la carretera estaba cerrada y cortada por desprendimientos de nieve. Seguimos subiendo y justo al final, cerca de los 2000 metros aparecieron las nieves en la carretera. Después de varios pasos raritos llegamos al túnel final. 200m para cruzar al otro lado y la puerta cerrada. Solo había una puertita abierta por la que circulaban las personas.
Mientras mirábamos como cruzar las motos nos dimos cuentas de que una de las compañeras de viaje había desaparecido. Estuvimos 2 minutos gritando su nombre cuando apareció comiendo un sándwich y con dos nuevos compañeros de Madrid, Angel y Javier. Estaban alojados en un refugio de montaña que estaba justo en el paso.
Estuvimos un rato hablando con ellos y con el guía y dueño del refugio.
La verdad es que se estaba tan a gusto que decidimos quedarnos a pasar la noche allí en vez de bajar a Sibiu.
Después de decidir que nos quedábamos fuimos a ver la puerta del túnel para intentar pasar las motos al otro lado.
 Soltamos las maletas y miramos a ver si pasaba la gorda, la gs 1200. Justito pero paso, detrás la Ktm 990.
Aprovechamos que se había quedado la tarde muy buena para hacer una bajadita con la moto en la norte de la Transfagarasan.
La noche la pasamos pegados a la chimenea del refugio tomando unos chupitos de un licor casero del regente.















Baile Balvanyos – Brasov


Por la mañana subimos a visitar cráter y dar un poseo por la orilla del lago antes de tirar hacia Brasov. La mayor parte de la etapa la hicimos por pistas, lo que nos permitió conocer  pueblos perdidos y descubrir paisajes guapísimos.












Petru Voda – Iglesia pintada (Voronet) - Baile Balvanyos (cráter-lago). 523 km


Después de desayunar arrancamos con la idea de cruzar otro parque natural, Mitocul Balan, y visitar los diferentes monasterios que en el se encontraban. Al principio circulamos por carretera, pero a medida que nos íbamos adentrando en el parque la carretera dio paso a unas pistas que poco a poco se fueron complicando, hasta tal punto que no pudimos cruzarlo y tuvimos que retroceder. Volvimos a Petru Voda y continuamos la carretera que bordea el parque hasta Humulesti.  Durante el camino nos desviamos para visitar varios monasterios que se encontraban en la zona (Manastirea Agapia, Monastirea Varatec y Monastirea Neamt). Queríamos dar con la iglesia pintada mas antigua de Europa, sabíamos que estaba por esa zona, pero no exactamente dónde. Cuando llegamos a Humulesti nos dimos cuenta de que no era ninguna de las que habíamos visitado, y que se encontraba a unos 100km mas al norte, en Voronet. El monasterio medieval de Voronet es la iglesia pintada más antigua de Europa.
EL desvió hasta el monasterio nos supuso otros 200 km más, con lo que al final hicimos unos 500 km en total. Aquí nos separamos las dos motos, nuestros amigos tiraron para Balvanyos y nosotros añadimos el monasterio de Voronet antes de bajar al sur. En definitiva, un palizón de día, por la mañana peleando con el barro y por la tarde apretando en la moto para no conducir mucho rato de noche, cosa que no nos gusta nada y tratamos de evitar.
Finalmente, sobre las 22h llegamos al hotel de Balvanyos y nos volvimos a juntar con nuestros amigos.











Romuli – Petru Voda 224km

Salimos temprano y bajamos hasta Moisei, donde paramos a tomarnos unas infusiones antes de adentrarnos en el parque natural de Munti Rodnei. Enseguida la carretera se transformó en una buena pista y pudimos disfrutar de un paisaje bastante asalvajado. Durante la ruta visitamos varias iglesias y al final acabamos comiendo unos platos típicos en un restaurante de Carlibaba. Después continuamos por buena carretera hasta Petru Voda donde pasaríamos la noche.