Por la mañana, después de visitar Chauen salimos camino Fez.
Continuamos por carretera entre campos de marihuana recién sembrados hasta Fez. La ruta agradable, aunque algo accidentada.
Hay que prestar mucha atención a las señales de velocidad por que hay infinidad de controles de policía, y a los númerosos baches de la carretera.
Aquí tuvimos un pequeño susto, un taxista cargado hasta las trancas freno es seco y nosotros detrás, maravilloso abs, pero con la mala suerte que la frenada coincidió con un bache he hizo que la suspensión bajará más de lo normal. Tanto que el guardabarros trasero se hizo cachitos con los tacos de la cubierta.
Recuperados del susto, y pendientes del eje trasero de la moto continuamos hasta Fez.
Llegamos pronto y después de buscar alojamiento pudimos visitar la medina y los curtidores de cuero.
Para encontrar los curtidores no se hay más que guiarse por el olor. Nosotros tuvimos suerte y dimos con ellos, pero en medio del laberinto que supone una medina como la de Fez lo mejor es coger un guía. De todas formas, para poder visitar los curtidores hay que subir a la terraza de un paisano, así que lo mejor es entrar a una de las tiendas que venden cuero y dejar que los artesanos te guíen la visita a cambio de que conozcas sus productos. Sin ningún compromiso de compra ni ninguna propina que dar por este servicio, les basta con la propaganda que puedas hacer en tu casa.
Continuamos por carretera entre campos de marihuana recién sembrados hasta Fez. La ruta agradable, aunque algo accidentada.
Hay que prestar mucha atención a las señales de velocidad por que hay infinidad de controles de policía, y a los númerosos baches de la carretera.
Aquí tuvimos un pequeño susto, un taxista cargado hasta las trancas freno es seco y nosotros detrás, maravilloso abs, pero con la mala suerte que la frenada coincidió con un bache he hizo que la suspensión bajará más de lo normal. Tanto que el guardabarros trasero se hizo cachitos con los tacos de la cubierta.
Recuperados del susto, y pendientes del eje trasero de la moto continuamos hasta Fez.
Llegamos pronto y después de buscar alojamiento pudimos visitar la medina y los curtidores de cuero.
Para encontrar los curtidores no se hay más que guiarse por el olor. Nosotros tuvimos suerte y dimos con ellos, pero en medio del laberinto que supone una medina como la de Fez lo mejor es coger un guía. De todas formas, para poder visitar los curtidores hay que subir a la terraza de un paisano, así que lo mejor es entrar a una de las tiendas que venden cuero y dejar que los artesanos te guíen la visita a cambio de que conozcas sus productos. Sin ningún compromiso de compra ni ninguna propina que dar por este servicio, les basta con la propaganda que puedas hacer en tu casa.