Impresionante despertar en la Transfaragasan acompañado
por un increíble desayuno.
Nos despedimos de nuestros compañeros Madrileños y nos
pusimos a cargar la burricas.
Sol y moscas para acabar de cruzar la carretera, pero al
otro lado dos quitanieves trabajando bloqueando la carretera.
El día anterior cuando pasamos la carretera estaba bien,
quitando algún chusco de nieve que estaba caído en la carretera, pero en el
momento que se pusieron a trabajar las quitanieves empezaron a echar ladera
abajo la nieve acumulada bloqueando la carretera unos metros mas abajo.
Empezamos a bajar hasta que llegamos a la altura de la
primera quitanieves, después de hablar con él sin acabar de entendernos muy
bien nos dejó pasar advirtiéndonos de que él iba a seguir echando nieve ladera
abajo y que nosotros no podíamos estar allí, porque la carretera estaba cortada.
Dimos dos curvas más y nos encontramos con un muro de nieve en la carretera, al
otro lado un montón de motoristas checos, rumanos, alemanes… parados. Todos con
caras sorprendidas y haciéndonos fotos por vernos a nosotros al otro lado con
una barrera de nieve enfrente y una quitanieves 50 metros más arriba tirando
nieve.
Ahora sí, estábamos bloqueados por los dos lados, y las
mini avalanchas de nieve se iban acercando hasta donde estábamos. Evidentemente
no nos habíamos entendido con el señor de la quitanieves.
La verdad es que nos apuramos un poco, aunque no veíamos
claro que las motos pudieran pasar, nos pusimos a quitar nieve con las manos de
nuestro lado. Del otro lado, la docena de motoristas mirando, grabando y
haciendo fotos. Excepto uno que nos ayudó el resto prefirió grabar la aventura
en vez de vivirla. En fin, al poco rato conseguimos abrir una fisura en el muro
por el que podría caber la moto sin maletas, se las quitamos y con un par de
acelerones más dos o tres empujones conseguimos pasarlas al otro lado sin estamparnos.
El resto de moteros atónitos, con ojos saltones, sonrisas
y con el pulgar del dedo gordo de la mano hacia arriba. ¡Habíamos conseguido
pasar!!!!
Por el camino algún pequeño desprendimiento de piedras más
y poco más. En apenas una hora estábamos el Plaza Mica de Sibiu.
Una vuelta por las dos plazas y el casco antiguo, una
limonada y continuamos la etapa hacia Petrosani, donde habíamos quedado con
Roberto un mecánico rumano de allí para recoger las ruedas que habíamos dejado
allí cuando cambiamos a las de tacos.
Volvimos a cruzar los Carpatos, pero esta vez de norte a
sur y por carretera nacional hasta la altura de Brezoi, donde nos desviamos
para llegar hasta Petrosani por una fantástica carretera. (7A).
Cargamos las ruedas, tomamos un café y continuamos hasta
Targu Jiu para pasar allí la noche.
Dormimos en una pensión que está a la entrada del pueblo
por 90 leus pareja. Precio estándar para Rumania por lo que hemos ido viendo.
Ducha y manguerazo a la moto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario