A la mañana nos levantamos con una idea un tanto
pretenciosa. Nos gustaría llegar hasta
Venecia para saludar a mi madre, que casualmente estaba con unos amigos
pasando una semana en la ciudad
y dormir con ellos.
Mil kilómetros de autopistas Franco – Italianas, un auténtico
horror.
Decidimos levantarnos temprano y comenzar la ruta
continuando pegados a la costa.
Al mediodía estábamos cruzando Mónaco, este fue uno de los
pocos momentos en los que circulamos fuera de la autopista. A penas fueron 100 km, los 900 km restantes
hasta Venecia fueron de peaje.
Al final del día llegamos a Venecia. Eran las 22h de la
noche cuando empezamos a localizar la dirección que teníamos de mi madre.
Estaba en el centro de Venecia, cerca de la plaza San Marcos. Después de
deambular un rato por las callejuelas dimos con el apartamento.
Estábamos doblados después de 1000 km en moto y
aprovechamos para descansar.
Ya por la mañana tendríamos oportunidad de visitar la ciudad.
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