Aterrizando en Delhi


Después de 16 horas de viaje contando la escala de Bruselas llevamos al aeropuerto de Indira Gandhi. Sabíamos que íbamos a llegar cansados y no dudamos en tener reservada ya con antelación una habitación en las próximidades del aeropuerto. La única habitación reservada de antemano con Booking por que el resto del viaje estaba por construir.
Después de pasar por los 7 grados de Bruselas llegamos a Delhi y nos encontramos con más de 20 grados a las once de la noche.
Por fin Delhi! Se abrieron las puertas del aeropuerto y un montón de miradas se clavaron en nuestra mochilas de guiris y las ofertas no nos tardaron en llegar.
No teníamos muchas ganas de negociar y aceptamos el primer precio, 200 rupias para que nos llevasen a la dirección que les dábamos. Airport Hotel De Aura. Mientras un joven acompañante de taxista nos daba las primeras indicaciones para movernos por la India el chófer sorteaba carros, coches, peatones, camiones... a ritmo de vocina. Parecía que no tenía muy claro a donde iba pero después de un par de llamadas a su central consiguió dar con la calle y contactar con el hotel.
SORPRESA! Ya nos habían comentado que en la india era muy típico que te hiciesen el lio y te acabarán llevando al hotel que les diera la gana, pero en nuestro caso parecía diferente porque ya teníamos cerrada la reserva con Booking. Sin embargo, la reserva con booking no valía un pimiento nos dijeron que habían ofrecido nuestra habitación a otro turista por que se quedaba un día más y nos mandaban a otro hotel. Estábamos alucinando, pero el joven acompañante de taxista que se había percatado del asunto rápido nos dijo; Bienvenidos a la India, la india es Increible! Sin dudarlo un minuto arranco el coche y nos llevó hasta el siguiente hotel. Este estaba en el centro de Delhi, nos bajamos y descargamos otra vez la maletas para instalarnos en el nuevo hotel pero..... ¡ Estaba Lleno! El taxista al igual que nosotros no salía de su asombro, el recepcionista le mandaba a que nos llevasen hasta una oficina de guardia para que nos solucionasen el problema. Nos volvimos a montar en el taxi y allí que aparecimos. Un joven nos vino a recibir, le comentamos que llevábamos ya una hora dando vuelta por Delhi y que queríamos nuestra habitación. Metió la mano en un cajón y nos saco una carpeta llena de cancelaciones de booking, nos dijo que aquí no tenía ninguna validez esa reserva y que no íbamos a encontrar ninguna habitación libre en toda Delhi. Estaba todo completo por que esta semana se estaba celebrando la Krishna festival, una fiesta religiosa que se organiza cada 7 años y nos tenía que tocar. Solo nos podía ofrecer una habitación por 250 euros. Camuflamos el arranque homicida con un ataque de risa y no pusimos a negociar. Justo lo que no queríamos hacer el primer día en la India, pero al final dio sus frutos, nos ofreció una habitación de un amigo con la condición de que la libraramos antes de las 9h. Y aquí estamos a las 3 de la madrugada dando testimonio de este primer día y sin saber muy bien que será de nosotros mañana.

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