La noche de ayer acabamos en el hotel del resplandor en
punto perdido en la carretera que va desde Pamukkale a Dinar. 70 liras turcas por una p…. m…..
pero sin fuerzas para negociar a las once de la noche en medio de la nada.
Pasado Dinar kilómetros y kilómetros de llanura cultivada
salpicada de verdes y amarillos de campos de cereal y bosques de olivo. Rectas interminables y ausencia de
gasolineras, tan solo la presencia de un coche de policía.
En Turquía si ves un coche aparcado mirando en contra de la dirección
de tu marcha es un cazador de infractores.
Ya nos aviso el motero casado de que la policía turca es muy estricta
con los límites de velocidad, pero lo que no nos dijo es que los límites son
diferentes para las motocicletas y los turismos. La diferencia es pequeña, tan solo diez km
hora, pero suficiente para pararte, detenerte y que tengas que sacar el
talonario si pretendes seguir con tu viaje.
En una de esas rectas así fue, pero una vez más nos sonrió de la hospitalidad turca y la policía se
limito a interesarse por la moto e a informarnos de
nuestra infracción y de los límites de cada carretera.
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