Noche cerrada. Agra - Jaipur

Después de acabar la visita al Taj Mahal decidimos continuar hacia Jaipur. Además, el taxi driver nos comentó que la carretera era mucho mejor y que circulaba menos gente. 
No obstante, la salida de Agra volvió a ser una expresión de puro anarquismo sobre ocho, seis ,cuatro,  tres y dos ruedas. Solo nos faltó encontrarnos con algún monóciclo. Sin embargo, a medida que pasaban los kilómetros la concentración de tráfico iba disminuyendo y el miedo a acabar pegados al culo o al morro de un camión también.  Llegamos incluso a relajarnos y dar una cabezada en el taxi, pero cuando la noche cayó, y nos dimos cuenta de que en la India los coche no necesitan luces para circular, se nos quito el sueño de cuajo.
Es indescriptible la sensación, pero se puede asemejar a pensar que tu chófer es Steve Wonder. Llegar llegamos, y también es verdad que hicimos más kilómetros en memos tiempo, pero apuntito estuvo de marcarse la tragedia en más de una ocasión.
El hotel correcto, y la sorpresa del día; enterarnos de que mañana nuestro camaleonico taxista dejaría de ser Steve Wonder para pasar a ser Ambrosio de Ferrero Roche.
Nos citaba a las nueve de la mañana en recepción para guiarnos en un tour a la carta.

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