Otros 150 km de regreso, mas alguna desviación para ver mas elefantes, mas pagodas y el tiger kingdom. Desde la cafetería puedes ver algunos tigres mientras te tomas una cerveza sin necesidad de pagar entrada. Pero lo que podría ser un bonito espectáculo se convierte en una escena lamentable cuando empiezas a ver ordas de guiris que entran en las jaulas a hacerse fotos por unos 15€ y te das cuenta que los tigres llevan una fumada de escándalo. Están en trance con la mirada perdida, sumidos en una meditación infinita y con el cuerpo disociado. A penas mueven el tren trasero y solo levantan la cabeza en respuesta a los estímulos del cuidador para dar algo de realismo a las instantáneas. Stop tiger kingdom!!!!
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