Una locura de ciudad, donde los guiris llegada la noche se refugian en Khao Sam y su paralela. Durante el dia puedes patearte la ciudad dejandote perder entre las mil y una callejuelas de sus mercados, degustar toda clase de frutas exóticas, fritos y asados. En Bangkok uno se puede mover en tuc tuc o en taxis, pero con el precio cerrado en el caso de los primeros y el taximetro en marcha para los segundos, sino olvidate y pagas directamete con un riñon. A las afueras esta el mercado flotante y la Ayuthaya. Dentro una cantidad ingente de pagodas y el Gran Palacio.
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